Las evidencias científicas, aunada con la considerable vulnerabilidad de Iberoamérica frente al cambio climático, demanda acciones concretas de adaptación al cambio climático, a una escala mucho mayor de como ha venido sucediendo.

Además de alcanzar la movilización de los cien mil millones de dólares al año en financiamiento para mitigación y adaptación para países en vía de desarrollo, como parte del esfuerzo para concretizar los compromisos asumidos en el Acuerdo de París, los países industrializados deben redoblar su apoyo para cerrar las brechas de financiamiento a la adaptación que existen. Para tales fines, existen mecanismos innovadores de financiamiento cuyo uso y aprovechamiento debe ser expandido.